• La agrupación del INBAL repetirá el programa “Destino” este domingo 15 de diciembre de 2025 a las 12:15 h

Con el programa “Destino”, la noche de este viernes concluyó la intensa y exitosa temporada 2024 de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), bajo la dirección de Ludwig Carrasco, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes (recinto que registró todos los lugares ocupados).

Y la mejor manera de festejarlo fue interpretando, entre otras obras, la Quinta Sinfonía de Gustav Mahler, por lo cual la agrupación musical del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura concluye su temporada exitosamente este domingo 15 de diciembre a las 12:15 h.

Antes de esa pieza, la agrupación (con más de 60 años de antigüedad) tocó Ocho por radio, de Silvestre Revueltas (de quien se celebró el 125 aniversario de su natalicio); y Sigue siendo arena, obra de Andrea Chamizo Alberro, joven compositora mexicana de 36 años que va despuntando en el mundo musical.

Primero, la OSN interpretó la obra de Revueltas. Es una pieza que en sus escasos 5 minutos de duración da cuenta del folclor mexicano y brinda la apariencia de ser una fórmula algebraica que solo entenderán los conocedores del tema. La obra cumplió 91 años de existencia y se ha tocado pocas veces en público.

Enseguida, se interpretó la pieza de Chamizo Alberro, que, a decir de la propia autora, es un autorretrato. En general, es una pieza que literariamente recuerda al libro Mi corazón al desnudo, de Baudelaire: quizá, porque en poco tiempo dice mucho y porque en ella se esconde la profundidad de su ser.

Al final, la compositora (presente en la sala) recibió un caluroso aplauso por parte del público, que celebró su obra maestra.

Sin embargo, el momento esperado por los asistentes fue indudablemente la Sinfonía núm. 5 en Do sostenido menor, de Mahler, compuesta por cinco movimientos que requieren una gran capacidad de concentración por sus cambios intempestivos.

Los cinco movimientos son de gran complejidad. En esta pieza, la labor de dirección de Ludwig Carrasco fue maratónica, sin dejar de lado la interpretación.

De principio a fin, el director condujo su batuta (como si fuera una varita mágica) a una interpretación exaltante y estimulante de una pieza que fue estrenada hace 120 años y que aún sigue despertando comentarios contradictorios y halagadores. Como era de esperar, al final, el público ovacionó largamente una actuación memorable.

El concierto se repetirá el domingo 15 de diciembre a las 12:15 h en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.