Número – 887
- Prohíbe expresamente el cultivo de maíz genéticamente modificado, destaca Cantón Zetina.
En la sesión vespertina, el Pleno del Senado de la República inició la discusión del dictamen que establece la conservación y protección del maíz nativo en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a fin de cumplir con los objetivos y políticas alimentarias de nuestro país.
El proyecto, que reforma los artículos 4 y 27 de la Constitución, destaca que proteger el cultivo libre de transgénicos es fundamental para garantizar la continuidad del acervo genético, que tiene implicaciones significativas para la agricultura nacional y la seguridad alimentaria mundial.
Al presentar el dictamen, el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Óscar Cantón Zetina, destacó que el dictamen plantea que México es centro de origen y diversidad del maíz, que es un elemento de identidad nacional, alimento básico y base de la existencia de los pueblos indígenas y afromexicanos.
Con ello, dijo, se pasa de una intención normativa a un blindaje constitucional para impedir modificaciones transgénicas de los maíces nativos.
Además de que se refuerza y se reitera la obligación del Estado de fomentar la autosuficiencia alimentaria y prohíbe expresamente el cultivo de maíz genéticamente modificado, para garantizar la seguridad agroalimentaria de la nación.
“Esta reforma favorece la seguridad alimentaria, defiende el derecho de las futuras generaciones de disfrutar a consumir maíz libre de alteraciones genéticas y evita que otros intereses ajenos a nuestra nación dicten esas reglas de producción y distribución de este producto estratégico”, agregó.
Vamos a combatir sobre todas las cosas a los grandes intereses económicos y extranjeros que quieren adueñarse de esa riqueza natural, afirmó.
En tanto, Simey Olvera Bautista, presidenta de la Comisión de Estudios Legislativos, Primera, recordó que este dictamen reconoce en la Constitución al maíz nativo, como parte del derecho humano a la alimentación y como alimento básico sustancial, por ello debe estar libre de modificaciones genéticas.
Además, se establecen las obligaciones del Estado para fomentar su cultivo, innovación, investigación, conservación y asistencia técnica en el uso de las semillas nativas y que éstas estén libres de modificaciones genéticas.
“La frase que decimos con mucho orgullo, con mucho corazón, sin maíz no hay país, hoy se está llevando a la letra de la Constitución, por eso hay que fomentar siempre su cultivo libre”, subrayó.
Por su parte, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, presidente de la Comisión de Agricultura, dijo que con esta reforma lo que se hace es defender la herencia genética ancestral que esta vivía y en constante diversificación, puesto que hace más de ocho mil años, nuestros ancestros mesoamericanos iniciaron el proceso de domesticación del maíz a partir de plantas silvestres llamadas teocintles.
Con los maíces nativos, criollos e híbridos, nos corresponde garantizar la alimentación de nuestra población, pero es necesario dejar claro que el proyecto establece que “todo otro uso del maíz genéticamente modificado debe ser evaluado en los términos de las disposiciones legales para quedar libre de amenazas para la bioseguridad, la salud y el patrimonio biocultural de México y su población”.
“La verdadera conquista de México nunca va a dejar de dar gracias a que nuestros pueblos han defendido su maíz; no dejemos hoy que esta votación nos impida defender nuestra soberanía y defender al país”, destacó.
La senadora del PAN, Ivideliza Reyes Hernández, presentó una moción suspensiva, con el argumento de que el dictamen generaba confusión, misma que fue rechazada por la Asamblea con 68 votos en contra y 18 a favor.