• La compañía cuenta en su repertorio con propuestas como Topato y la Muerte, y ahora con Lo que queda de nosotros
  • “De la calle al teatro: Historias para jóvenes que han sufrido pérdidas”, fue uno de los 25 proyectos beneficiados por el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias 2024

 

El teatro en Campeche crece, tanto en comunidad y propuesta artística, como en el público que cada vez está más interesado en buscar manifestaciones artísticas en alguno de sus reconocidos espacios como el Teatro Juan de la Cabada Vera o el Centro Cultural El Claustro, así como el icónico Teatro de la Ciudad Francisco de Paula Toro.

Sin embargo, existe un público al que hay que llevar el teatro: el juvenil que está a la espera de una propuesta para conectar. Y ese es uno de los propósitos de “De la calle al teatro: Historias para jóvenes que han sufrido pérdidas”, proyecto beneficiado por el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC) 2024, que ha realizado una temporada itinerante de Lo que queda de nosotros, obra que trata temas como la pérdida y el duelo y que llegó a jóvenes de comunidades vulnerables de diversos municipios campechanos.

“Cuando éramos adolescentes no teníamos mucho teatro que ver y de ahí nace esa necesidad de hacerlo nosotros y comunicarnos con ellos, y no solo con lo que nosotros quisiéramos comunicar, sino con lo que ellos quieren ver y los temas sensibles que no se pueden platicar tan fácilmente en su entorno”, expresa Edgar Adrián Aké Enriquez, integrante y actor de Dupper Teatro, la compañía a cargo del proyecto beneficiado.

Un impulso necesario

“El programa nos ha permitido tener una temporada completa, dar más funciones y ser un poco más consecutivos con ellas, porque la realidad es que muchos proyectos surgen para presentarse dos o tres veces y ahí se quedan. Esta vez no, la convocatoria nos ayudó a llegar a más personas y a tener más promoción de boca en boca”, asevera el actor.

Se trata de una compañía con diez años de trayectoria y con una vocación por el teatro enfocado a las infancias y a las juventudes, públicos a los que es necesario acercarse a través de espacios menos formales que un teatro y con temas que les permitan abrir un diálogo y sensibilizarse.

En ese sentido, el PACMyC le ha permitido a Dupper Teatro encontrar sus escenarios en distintos espacios en los que incluso no hay teatros, a través del acompañamiento institucional de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto de Cultura y Artes de Campeche.

“Gracias a la comunicación con diversos municipios y localidades sí ha existido la posibilidad de presentarnos dentro de teatros, pero la naturaleza del proyecto nos hizo montar la obra de la manera más sutil para poder transportarla a lugares a los que quizá no podríamos llegar porque no hay teatros. Así, tenemos la oportunidad de presentarnos en salones de clase, lugares abiertos como parques y foros pequeños en los que además tenemos una gran cercanía con el público”, asegura Edgar Aké.

“El programa ha sido el vínculo para llegar a más municipios y extender esta red de teatro que nos da la oportunidad de tener ese contacto directo con más personas que están donde no siempre hay proyectos culturales o no llegan con tanta facilidad”, indica el actor, quien además reconoció el acompañamiento y el constante apoyo recibido gracias al PACMyC, que van más allá del tema monetario.

Temas que llegan al corazón y las conciencias

Como lo ha hecho durante mucho tiempo con la puesta en escena Topato y la Muerte, la compañía, convencida de que el teatro es el espacio perfecto para que las niñas, niños y jóvenes se acerquen a temas sensibles, decidió montar con el estímulo del PACMyC la pieza Lo que queda de nosotros, de Alejandro Ricaño y Sara Pinet.

“Una de las características que notamos en el público es el interés en temas que tocan ciertas vulnerabilidades como la pérdida, el abandono, el duelo y esos procesos que son significativos para todos como seres humanos. Por eso nace el interés de nosotros, sí de trabajar con niños, como la compañía lo ha hecho durante mucho tiempo, pero también de llegar a los jóvenes, a los adolescentes”, asegura Edgar Adrián.

En el caso de Lo que queda de nosotros, cuenta el actor que se trata de una adolescente que pasa por la pérdida de su papá y su mamá, y el público es testigo de cómo a través de estas circunstancias y la relación con su perro Toto la joven se encuentra la fuerza para salir adelante y aprender a valorar lo que sucede en su presente.

“La respuesta ha sido muy favorable, van adolescentes y niños, pero también familias completas que nos cuentan que el tema los ha tocado, los ha hecho sentir vulnerables y les ha ayudado a tener una retrospectiva de cómo están viviendo sus vidas y cómo son con quienes les rodean”, dice Edgar sobre un ejercicio de retroalimentación que suele tener la compañía con el público tras cada función y que les ha permitido darse cuenta del impacto que la obra tiene en quienes no habían ido antes al teatro.

“La dramaturgia de Sara y Alejandro hace a la obra muy digerible para los adolescentes, porque tiene un lenguaje que permite explorar con la naturalidad que ellos lo harían en estas cuestiones de la vida”, explica Aké.

Dupper Teatro, con el apoyo del PACMyC, obtuvo los derechos, tanto de la dramaturgia como de la música original de David Ortiz y Ricardo Estrada, para poder llevar a Campeche su mensaje de amor, autoconocimiento y resiliencia en la voz de Toto, interpretado por el propio Aké Enriquez, y Nata, a quien da vida la actriz Daniela Cienfuegos, dirigidos por Norberto Duarte.

Con una temporada que inició en marzo pasado y concluye el 31 de mayo de 2025, a las 19:00 h como parte del cierre al Festival de Teatro del Carmen (FETCA) en el Centro Cultural Universitario de Ciudad del Carmen, el proyecto logra su cometido de acercarse a las poblaciones vulnerables que no tienen acceso al teatro y a jóvenes ávidos de respuestas sobre el sufrimiento y la pérdida, pero sobre todo demuestra que el teatro comunitario está vivo y vibrante.

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AFH