• En el ciclo “Historiadoras eminentes”, se destacó su capacidad para enlazar metodologías y perspectivas de la antropología social y la historia
  • Reconoció en el INAH una noble institución en la que se formó, y donde ha podido crecer y desarrollarse en lo profesional y lo personal

Entregada a sus labores, inquieta e imparable, como lo demuestran siete libros de su autoría y otros 12 bajo su coordinación, 32 artículos, 48 capítulos, reseñas y participaciones en congresos y seminarios, Leticia Reina Aoyama (Ciudad de México, 1949), cuya obra es fruto de su amor a Latinoamérica, México, Oaxaca y el istmo de Tehuantepec, fue homenajeada por su casa académica: la Dirección de Estudios Históricos (DEH).

Dentro del ciclo “Historiadoras eminentes”, que este centro de estudios del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dedica a sus eméritas, tocó el turno a Leticia Reina, investigadora que enlaza las metodologías y las perspectivas de la antropología social y de la historia, y realizó posgrados en las capitales de Francia y Estados Unidos, para adentrarse en los estudios regionales.

Luego de una serie de intervenciones que elogiaron su gran capacidad de trabajo y generosidad para con colegas y las nuevas generaciones de estudiantes, la especialista reconoció en el INAH a una noble institución, en la cual se formó (ingresó en 1967, a la Escuela Nacional de Antropología e Historia) y ha podido crecer y desarrollarse en lo profesional y lo personal.

Agradeció a sus maestros de vida: Guillermo Bonfil Batalla, Enrique Valencia Valencia, Margarita Nolasco Armas, Juan José Rendón Monzón, Arturo Warman Gryj, Mercedes Olivera Bustamante y Daniel Cazés Menache; mientras que de Enrique Florescano, Gastón García Cantú y Carlos Martínez Assad aprendió el oficio de historiar.

Leticia Reina hizo mención especial de su querida Dolores Pla Brugat quien, por extraño que parezca, le llevó a comprender el alma zapoteca: “A través de lo catalán (identidad que ella estudiaba), pude entender lo zapoteco. Pese a ser muy diferentes, en el fondo, son dos grupos económicamente fuertes en su región, poderosos. Por lo tanto, son orgullosos, se saben dignos”.

De forma magnífica, ese ser lo narra en Historia del Istmo de Tehuantepec. Dinámica del camino sociocultural, siglo XIX, reeditado por el INAH, en su Colección Eméritos.

En esa publicación y en otras tantas, como indicó su colega Rebeca Monroy Nasr, Reina Aoyama sabe transitar “del macro al microcosmos, de la historia con H a la historia vivencial, más humana y dignificante, que no solo observa lo cuantitativo, sino aspectos más allá; con los sentimientos de la región, del viejo centralismo a la nueva pluralidad, que fueron observados por la antropóloga social con un sentido historicista, en combinación con otras disciplinas.

“La capacidad de trabajo que aprendió en Francia, con las ventajas de ver y saber un mundo diverso, de historiografía de vanguardia y de gran actualidad, sumado a Oaxaca y la experiencia de trabajar de forma multi y transdisciplinaria con otros investigadores, le permitió abrirse paso en el mundo laboral de manera colegiada, como evidencia su obra”.

Para la investigadora de El Colegio de México, Romana Falcón Vega, la homenajeada es hábil en enlazar el material primario, con reflexiones inteligentes y profundas, apoyada en conceptos teóricos, “sus textos son sencillos y claros. Y algo que no se ve en su currículum, pero que está en la lectura de su obra, es su sensibilidad para la historia social.

“Cuando la leo, siento su amor por Oaxaca, el istmo y México. Pero su enfoque no es reduccionista, pues también ha emprendido estudios en torno a los pueblos de nuestro continente. En La reindinización de América, siglo XIX, encabezó a un grupo de investigadores de la región, el cual reflexionó sobre cómo estudiar las participaciones -y las no participaciones- de las comunidades indígenas en las formaciones de estos países nacientes”, manifestó.

En ese sentido, el investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, Carlos Martínez Assad, señaló otro título, coordinado por Leticia Reina y Carlos Pérez Monfort, Fin de siglos, ¿fin de ciclos? (1810,1910,2010), producto de un seminario, organizado por el INAH y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.

En su opinión, los cuestionamientos subyacentes en los ensayos que integran ese libro, son contra las historias oficiales de cada periodo; sin embargo, “da la impresión que ahora no hay voces claras contra esa historia oficial, que nos está tocando ver, cómo se construye, día con día. Debemos redoblar el esfuerzo para hacer un llamado y atajar esto que sucede ante nuestra mirada”, concluyó.

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